El Marais d’Orx, un vasto humedal enclavado en el corazón de las Landas de Gascoña, ha tenido una rica historia desde su creación hace unos tres millones de años.
En el siglo XIX se emprendieron ambiciosos proyectos de drenaje para desecar parte de la marisma y crear nuevas tierras de cultivo. Fue Napoleón I quien, de visita en Labenne, decidió desecar la marisma. Napoleón III continuó las obras y construyó una treintena de granjas, entre ellas el Domaine de l’Isle. Tardaría muchos años en conseguirlo, y el lugar se convirtió en una de las mayores fincas agrícolas y maiceras de Francia. Pero todo ello sin contar con la resistencia de este ecosistema único, que nos recuerda la necesidad de preservar este frágil equilibrio natural. Hoy, el agua ha reclamado sus derechos.
Hoy en día, el Marais d’Orx está reconocido por su excepcional valor ecológico. En 1989, el Conservatoire du Littoral adquirió 1.000 hectáreas para restaurarlo como humedal con la ayuda del WWF. Fue el mayor proyecto emprendido en Francia en aquella época. En 1995, el lugar fue clasificado reserva natural nacional y desde entonces ha sido objeto de numerosas medidas de protección y gestión sostenible. Los habitantes de Orx, conscientes del patrimonio natural que tienen a sus puertas, participan activamente en su conservación y promoción.
Senderos didácticos, observatorios ornitológicos y actividades en la naturaleza permiten a los visitantes descubrir las riquezas del Marais d’Orx. Su historia ilustra la relación compleja y evolutiva entre el hombre y su entorno, un patrimonio precioso que se transmitirá a las generaciones futuras.